Este jueves, apenas pasadas las 18, tres sujetos asaltaron un kiosco ubicado en Pringles al 350. Uno de los asaltantes estaba armado y redujo a un joven de 29 años que estaba atendiendo el local.
Pablo Pereyra, hermano del damnificado, señaló que los delincuentes tenían el rostro cubierto y se movilizaban en dos motos. «Se apoderaron de la caja registradora, con alrededor de $8.000, la mochila de mi hermano y dos teléfonos celulares«, dijo Pereyra.
Y agregó: «La mayor impunidad es que el asalto fue a plena luz del día. Río Cuarto no es seguro, porque estos malandros están haciendo lo que quieren y se manejan como quieren. No sé si la policía no puede hacer nada o no tiene las herramientas para hacerlo«, sentenció.