El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de San Luis condenó a ayer al sargento ayudante Juan Funes a 12 años de prisión y ocho para los cabos primeros Daniel Chacón y Cristian Quiroga, acusados por la violación de una riocuartense en el comisaría de Villa de la Quebrada.

El violento hecho se registró en mayo de 2019 cuando la riocuartense fue detenida supuestamente por haber puesto en circulación dinero falso durante un baile.

Funes fue acusado como autor de la violación, mientras que sus subordinados como partícipes necesarios por el delito de“abuso sexual gravemente ultrajante y doblemente agravado”.

El aberrante caso se registró el 19 de abril de 2019, en la comisaría de Villa de la Quebrada.

Por el hecho de tenencia de dinero falso, la mujer de nuestra ciudad fue absuelta por la Justicia Federal.

La vecina de nuestra ciudad, en el momento del hecho, se había radicado en Villa del Carmen y viajó a Villa de la Quebrada para anotarse para la feria de artesanías durante la celebración religiosa que se realizó los primeros días de mayo.

La mujer fue trasladada por los efectivos policiales hasta la comisaría local y en ese lugar fue víctima de abuso sexual.

Según relató la víctima, mientras esperaba para ser trasladada a una dependencia federal, después de despojarla de su ropa interior, el sargento Funes abusó sexualmente de ella en dos oportunidades por medio de amenazas y golpes, al tiempo que los otros dos policías miraban e instigaban con palabras para que aquel continuara con el ultraje sin hacer nada para detenerlo.

La investigación del caso estuvo a cargo de Cristian Rachid.

Los tres policías están detenidos desde febrero de 2021, cuando el juez subrogante Raúl Fourcade los procesó y les dictó la prisión preventiva.

Por su duración y circunstancias de tiempo, modo, lugar y personas, se consideró un sometimiento agravado por haber sido cometido por dos o más personas, integrantes de una fuerza policial y en ocasión de sus funciones.

La víctima y sobreviviente del abuso sexual recibió un certificado de discapacidad del 95 por ciento, debido a que su útero resultó con múltiples lesiones a causa de la violación y la tortura a la que fue sometida ese 19 de abril de 2019.

Al poco tiempo, le diagnosticaron cáncer de mama. También está bajo tratamiento psicológico y no tiene ingresos fijos. “Me rompieron toda, pero estoy viva y quiero gritar”, manifestó mientras espera que llegue el día del juicio para contar todo lo que sucedió esa noche.

El amor de su familia la mantiene con vida. Pero reveló que “fue terrorífico” lo que le tocó y vivir y “estuvo a dos pasos y a tres de la ruta” para ponerle fin a su vida. “Pero lo logré, estoy viva, lista para hablar y sentarme a decir todo lo que me hicieron. Y quiero vivir para ver que los que me rompieron toda no van a romper a ninguna nunca más”, afirmó.

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