Se hizo presente en el lugar, detrás de la Capilla Cristo Obrero, el padre de Laura, Amado Mansilla, quien se mostró emocionado y agradecido por la intervención y el trabajo de las voluntarias que embellecieron la gruta de su hija. “Es un honor para mí que esta gente haya trabajado de corazón. Seguramente Laura desde algún lugar vio lo que sucedió hoy”, declaró Mansilla.
Sobre el final de la jornada, mujeres integrantes de la Cantoría del Colegio San Ignacio, entonaron diferentes canciones.