La lista verde, encabezada por Jorgelina Fernández, dio el batacazo ayer en las elecciones del sindicato de empleados municipales y desbancó a Walter Carranza, que iba por su sexto período al frente del gremio.
En una elección con 414 votos efectivos, la lista verde (de los autoconvocados municipales) obtuvo 181 sufragios, lo que representa el 43,7 % de los votos.
Detrás quedó la lista Rojo Granate, de Carranza, que con 129 votos alcanzó un porcentaje del 31,15 %. Es decir, el triunfo de los autoconvocados fue contundente: más de 12 puntos de ventaja.
No demasiado lejos de Carranza quedó la lista Azul, que llevaba a Diego Pintos como candidato. Obtuvo el 25,1 % (104 votos).
Es decir, si se suman los votos de la oposición, la conducción de Carranza cosechó casi un 70 por ciento de reprobación.
Fernández es actualmente directora del Registro Civil y desde allí construyó el grupo de autoconvocados, que durante los últimos tiempos tuvo la voz más crítica, fundamentalmente en lo que respecta a la política salarial del gobierno de Juan Manuel Llamosas.
Si bien es funcionaria política del actual gobierno, viene cuestionando duramente la pérdida de poder adquisitivo que han padecido los empleados municipales, que se intensificó notablemente en los últimos años.
Carranza había tenido señales de que su conducción estaba bajo cuestionamiento. En la elección anterior, en la que se impuso, ganó por apenas 31 votos. Sin embargo, ahora con una oposición dividida esperaba que el resultado fuera holgado en su favor. La realidad terminó siendo muy diferente.
A pesar de esa advertencia en la elección anterior, Carranza llevó adelante un mandato cerrado, sin participación en las discusiones paritarias, que casi invariablemente terminaban acordando subas por debajo del índice inflacionario. El gobierno municipal hilvanó en los últimos años ajustes sobre los gastos que se concentraron principalmente en los sueldos de los empleados, tanto de planta permanente como los contratados.
Esa situación, que se sostuvo en el tiempo, fue desgastando la legitimidad de Carranza y derivó en la dura derrota que terminó padeciendo anoche.
Fernández, y también Pintos, centraron sus críticas en la escasa combatividad de Carranza y su permisividad con el gobierno de Juan Manuel Llamosas.
Ahora, el desafío más urgente de la nueva conducción, que asume en menos de una semana, será negociar los aumentos salariales para la segunda parte del año. Hasta ahora, Carranza había obtenido un 30 por ciento de aumento para un año en que la inflación se proyecta en, al menos, un 70 por ciento.