El Concejo Deliberante impuso por ordenanza los nombres de los profesores Miguel Mattea, Gladys Baralla, Carlos Ravera, Damián Cardarelli y Liliana Giacomelli, y el estudiante Juan Politano. La iniciativa surgió del habitante del sector David Ferreyra.




El Concejo Deliberante impuso por ordenanza los nombres de los profesores Miguel Mattea, Gladys Baralla, Carlos Ravera, Damián Cardarelli y Liliana Giacomelli, y el estudiante Juan Politano. La iniciativa surgió del habitante del sector David Ferreyra, quien empezó a sumar voluntades porque había personas que tuvieron vínculos o proximidad con las víctimas en vida. La iniciativa ingresó a través del bloque La Fuerza del Imperio del Sur, a través de su titular, Franco Miranda, pero fue receptada con beneplácito por las cuatro fuerzas que componen el cuerpo.
Estuvieron familiares de los fallecidos y las autoridades de la Universidad Nacional de Río Cuarto, encabezadas por la rectora Marisa Rovera.
David Ferreyra tuvo la idea de la nomenclatura de calles y se inició una cadena virtuosa de aprobaciones.
Uno de los momentos clave que Ferreyra recuerda es el descubrimiento de los vínculos cercanos entre su comunidad y los Cardarelli. «La calle que va al costado de casa hace un límite con la quinta de los Cardarelli, también fue un hecho de coincidencia muy fuerte», afirmó con entusiasmo. Además, la relación entre vecinos jugó un papel fundamental en el impulso del proyecto: «La calle que pasa al frente de la otra casa, era compañero del secundario del hermano de Juan, Politano», detalló.
Ferreyra continúa explicando que las conexiones personales fueron más allá de lo esperado. «La vecina al frente, que tenía el quincho que venían, eran amigos los hermanos de Gladys, en La Carlota», dijo y destacó la interconexión de las familias de la zona, lo que terminó por darle fuerza a la propuesta. Fue entonces cuando él y su entorno sintieron que este proyecto podría convertirse en una realidad.
Los familiares recibieron con agrado que un barrio mantenga viva la memoria.
Los padres del estudiante Juan Politano, que hoy tendría 40 años hablaron de la sanación. “Mientras los recordemos, nunca los vamos a olvidar. Estamos contento que lo recuerden desde el Concejo”, dijo el padre.
Osvaldo Simone, esposo de Gladys Baralla, hizo una conexión con otros hechos de la historia por los que debe prevalecer la memoria.
“Si no tenemos memoria, será difícil de reconstruir. Sirvió para cambiar algunas conductas desde lo institucional, lo educacional.
El tiempo también hace decantar este esfuerzo, porque cambian los docentes y por ahí, no todos conocen la situación”, explicó.
“Es una iniciativa de los vecinos y los concejales ayudan este proyecto”, agregó.
Claudio Ceballos y una de sus hijas de Lilián Giacomelli, consideran importante acercar a la ciudad lo que pasó en la Universidad y trabajar para evitarlo.
“Nos parece importante que el cuerpo legislativo trabaje en recordar este hecho histórico”, dijo Claudio.
“En este momento me parecía algo imposible el nombre de la calle, pero me parece muy lindo que todos van a saber para las personas que están creciendo, cuando pregunten, todos van a saber parte de la historia de lo que ocurrió”, se explayó una de sus hijas.
El hecho
La explosión y el incendio en la planta piloto de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) ocurrió el 5 de diciembre de 2007. El hecho dejó como saldo seis personas fallecidas.
La explosión se produjo en 13 tambores de hexano, un solvente altamente inflamable, que estaban almacenados en la planta.